Los niños quieren colores. Quieren figuras geométricas imposibles que parezcan recién salidas de alguna de sus series animadas favoritas. Y columpios y toboganes y balanceos que parezcan imposibles. Quieren creatividad y fantasía. Quieren parques espectaculares donde sumergirse. Los padres y las madres, sin embargo, quieren algo por encima de todo: seguridad. Que sus hijas e hijos no sufran daño alguno mientras corretean, saltan y se caen (porque se caen). Que estén a salvo. Y, en eso, juegan un papel clave los pavimentos en los parques infantiles. Por eso hoy vamos a hablarte de los dos tipos más seguros que existen.
Pavimento de tierra
Quienes tenemos una edad recordamos perfectamente aquello de jugar en la tierra. Antes de que existiesen los nuevos materiales que son utilizados hoy en día, jugábamos diariamente en superficies naturales. Era agradable. Después de todo, la tierra es un elemento natural con el que los niños y las niñas conectan verdaderamente. No es extraño, no es artificial, no es hostil. Es parte importantísima de nuestro entorno. Y en ella nos sentimos, si la frecuentamos, como peces en el agua. De ahí que muchos parques infantiles sigan contando con pavimentos de tierra. A muchas madres y a muchos padres les encanta.
Y, además, es una superficie muy segura. Tanto que es capaz de absorber buena parte de los impactos y conseguir así amortiguarlos. Se hunde. Se deforma. Se adapta al cuerpo que cae sobre ella. Los niños y niñas que juegan en parques de juegos con estos pavimentos de tierra se sienten más seguros y seguras. Más libres para divertirse sin miedo a las posibles caídas. Son, en definitiva, superficies muy flexibles, amortiguadoras y antideslizantes. Y también muy higiénicas. Al no tratarse de materiales de fabricación artificiales, estos pavimentos no contienen elementos antihigiénicos de los que debamos preocuparnos lo más mínimo.
No obstante, las superficies de tierra necesitan cumplir una serie de características fundamentales para asegurar que mantiene intactas todas sus propiedades de seguridad. Para empezar, la tierra necesita contener un espesor muy concreto. Uno que, sin embargo, depende de las características del parque, así como los elementos de juego que hay en él. Esto requiere un mantenimiento constante para que la tierra perdida (en zapatos, sobre todo) sea sustituida por tierra nueva. Así lo contempla la normativa de parques infantiles.
Pavimento de caucho
Frente a la naturalidad que ofrecen las superficies de tierra, encontramos los parques infantiles con pavimento de caucho. Si bien son artificiales, sus características lo hacen idóneo para formar parte de los parques de juego para niños y niñas. Es más, a ellos les encanta porque correr o saltar resulta más agradable en esta superficie. Y, lo mejor de todo, son tremendamente seguros. De hecho, se trata del pavimento más seguro que existe para los parques infantiles. Eso le da muchos, muchos puntos en comparación con el resto de suelos.
¿Pero por qué son tan seguros? Pues porque están compuestos por granos negros de caucho reciclado o SBR de entre 4 milímetros y 8 milímetros, y granos de caucho de colores de mayor resistencia o EPDM. Elementos que ofrecen una gran amortiguación y que se mantienen perfectamente unidos gracias a la resina de poliuretano. El resultado es una capa que absorbe buena parte de los impactos de las caídas. Una capa que, a su vez, cuenta con una capa superior destinada a darle más estética al pavimento y a protegerlo de la erosión ambiental.
Decidirse por uno de estos pavimentos de parques infantiles (ambos muy seguros y muy estéticos) dependerá de las necesidades concretas de cada caso. Confía en Grupo Pineda y deja que un equipo fabricante de parques infantiles experto te asesore.
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