Cuantas veces habremos escuchado aquello de “no os preocupéis, que en casa tengo pelotas de tenis y también nos sirven para jugar” cuando han desaparecido todas las pelotas de pádel. Pero no. Es un error de principiante que no deberíais cometer nunca. Después de todo, las bolas de tenis y de pádel cuentan con características muy diferentes. Y es lógico: hablamos de dos deportes que, si bien son primos hermanos, son muy diferentes cuando los practicas. De hecho, sería el equivalente a jugar un partido de fútbol 11 con una pelota de fútbol sala.
Y eso no mola nada. Tal vez las veas y, a simple vista, no notes mucha diferencia. Al fin y al cabo, las dos botan y son verdes, ¿no? Pero de una manera mucho más imperceptible contienen propiedades distintas que hacen que únicamente sean convenientes para el deporte para el que fueron diseñadas. Para empezar, vamos a explicarte cuáles son las características esenciales de una pelota de tenis. Aquellas que las hacen específicamente idóneas para una pista, una raqueta y unas reglas de tenis.
Pelotas de tenis, principales características
Según el reglamento oficial de la Federación Internacional de Tenis (ITF), las bolas de tenis deben poseer unas dimensiones de 6’35 centímetros como mínimo y 6,67 centímetros como máximo de diámetro. Además, el peso debe mantenerse entre 56,7 y 58,5 gramos. En cuanto a la presión, otro elemento fundamental para cualquiera de las pelotas involucradas en un deporte, las bolas de tenis deben tener una presión interna de 8,165 kilos por cada 2,54 centímetros cuadrados de superficie.
Con estas propiedades físicas, las pelotas con las que juegan Federer, Nadal y compañía gozan de un rebote más o menos ubicado entre los 135 y los 145 centímetros al soltarla desde 254 centímetros de altura. Aunque, claro está, hay que tener en cuenta factores externos como la altitud donde se produzca dicho rebote. Esto hace que una misma bola pueda disfrutar de un rebote u otro dependiendo de dónde se juegue un partido. Hablamos, en todo momento, de estadísticas controladas de las pelotas de tenis.
Pelotas de pádel, principales características
En cuanto a las bolas de pádel, y también con el reglamento oficial del ITF en las manos, las características son diferentes. Algunas ligeramente diferentes. Otras muy diferentes. Las dimensiones, por ejemplo, no varían tanto como podríamos pensar. El diámetro de las pelotas utilizadas para jugar al pádel debe ubicarse, necesariamente, entre los 6,35 centímetros como mínimo y los 6,77 centímetros como máximo. El peso, por otro lado, tampoco experimenta mucho cambio. En este caso, debe estar entre los 56 y los 59,5 gramos.
Sin embargo, en la presión sí que hay una gran diferencia. La pelota de pádel, y frente a los 8,165 kilogramos de la pelota de tenis, debe mantenerse en un peso muy inferior: entre 4,6 y 5,2 kilogramos por cada 2,54 centímetro cuadrados. Un factor diferencial. Por último, y en cuanto al rebote, en la pelota de pádel suele encontrarse entre los 135 y los 147 centímetros. Variaciones sutiles que afectan a la manera en la que sale la pelota de la pala. Eso sí, recordemos que dentro del pádel hay variaciones dependiendo de los distintos tipos de palas de pádel.
Diferencias entre pelotas de pádel y tenis
Una vez vistas las características de cada pelota, ya podéis entender cuáles son las principales diferencias entre una pelota de tenis y una pelota de pádel. Quizá penséis que no son demasiadas. O que no son tan relevantes como para afectar realmente al juego. Bajo nuestro punto de vista, sí. De hecho, por algo están establecidas tales diferencias. Y, costando exactamente el mismo precio, no hay razón para andar jugando con las pelotas que no corresponden. Tened en cuenta que las bolas también afectan a cuánto dura una pala de pádel o de tenis.
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