En Grupo Pineda llevamos mucho tiempo ayudándote a entender el pádel un poquito mejor. Con nuestros posts acerca de los tipos de pistas de pádel y las medidas de una pista de pádel pusimos los primeros ladrillos. En el artículo de hoy iremos más allá: analizaremos en profundidad las diferencias entre las pistas de pádel de muro y las pistas de pádel de cristal. Y es que este rasgo distintivo provoca, aunque no tan marcadamente como el tipo de superficie, un condicionamiento del juego. ¿Quiere saber cuál es mejor? Pues acompáñanos.
Pistas de pádel de muro
Las pistas de pádel de muro son cada vez menos frecuentes. Aunque todavía existen competencias federadas que se disputan en pistas con paredes de muro, lo cierto es que las nuevas construcciones de pistas de pádel son mayoritariamente de pistas de cristal. Puedes encontrarlas, claro que sí, especialmente en polideportivos y todo tipo de clubes deportivos construidos hace más tiempo. Pero, como decimos, la tendencia natural en el universo del pádel es escoger las lustrosas pistas con paredes de cristal.
Sin embargo, el pádel en muro ofrece numerosas ventajas respecto al pádel en cristal. Por ejemplo, se ve mucho menos afectada por las condiciones atmosféricas. Y es que tanto la lluvia como la humedad perjudican menos la conducta de la pelota. Mientras que en el cristal mojado la pelota se desliza y altera ligeramente su trayectoria, en la pared tiene un comportamiento más normal. Por supuesto, esta ventaja solo se aprovecha cuando estamos en una pista al aire libre y está lloviendo o hay una humedad excesiva.
Además, las pistas de pádel de muro también proporcionan una gran ventaja a los jugadores que manejan los golpes cortados o con efecto. ¿La razón? El rozamiento ofrecido por el muro provoca que la bola salga devuelta con mayor efecto. Esto demanda más reflejos físicos y mentales a quienes defienden. Por supuesto, esto tiene la lectura inversa: las pistas de muro son menos ventajosas para quienes practican un juego más directo y de menor calidad técnica en el golpeo. Como siempre, para gustos colores.
Pistas de pádel de cristal
La principal razón de que las pistas de cristal estén ganándole tantísimo terreno a las pistas de pádel de muro es principalmente estético. Pero no solo estético en cuanto a la apariencia exterior de la pista, que también. Más bien se trata de la estética de la propia experiencia de juego. Estar ahí, sabiendo que todos pueden ver cómo das golpes a la pelota, cómo te desplazas por la pista y cómo anotas los puntos imposibles es un elemento demasiado atractivo para dejarlo pasar. Nuestros egos quieren ser observados.
Es algo totalmente entendible. También los espectadores tienen una visión muchísimo más clara de los partidos y de cuanto ocurre en la pista. Esa es la razón de que cada vez más y más torneos de pádel tengan lugar en estas pistas de paredes acristaladas. También el nivel de dificultad que demanda. Después de todo, y en comparación a la pista de pádel de muro, la pista de cristal escupe la pelota de una manera más arbitraria, menos predecible. Esto exige no solo mayores reflejos, sino también más colocación.
Por supuesto, esto es una ventaja a largo plazo. Pocas cosas hay tan importantes en el pádel como la colocación. En ese sentido, la pista de pared de cristal nos permite aprender más deprisa. Aunque, eso sí, hay que tener muy en cuenta que sus paredes laterales son más pequeñas que las de las pistas de muro. Quizá la clave está en tener mucho contacto con las pistas de muro antes de pasar a las pistas de cristal. ¿Quieres tener una? ¿Quieres saber cuál es el precio de la pista de pádel de muro? ¡Contáctanos!
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