Tanto si estás comenzado en esto del pádel como si llevas unos meses practicándolo, hay una pregunta que muy probablemente asome por tu cabeza cada vez que terminas un partido y guardas tu pala, toda aporreada, dentro de su funda. ¿Cuánto aguantará esta pala? Es más, ¿cuánto dura una pala de pádel normalmente? La respuesta es, lógicamente, que depende. Y depende de muchísimos factores. Pero, entre todos ellos, vamos a destacar unos cuantos que serán bastante más determinantes que otros.
Para empezar, y como es obvio, la calidad de los materiales con los que está fabricado la pala de pádel. Después de todo, no tiene la misma resistencia una pala fabricada con fibra de vidrio que una pala fabricada con fibra de carbono. Este último es un material más caro. Y lo es porque ofrece mayor adaptación al estilo de juego de cada uno y porque, como decíamos, proporciona una mayor durabilidad a la pala frente al desgaste e incluso frente a las potenciales roturas. A fin de cuentas, es bastante más rígido, más recio.
Por otro lado, y además de los tipos de palas de pádel, otro gran condicionante de la duración de nuestra pala será la frecuencia con la que juguemos. No la deteriora el paso del tiempo per se, sino la utilización que hacemos de ella. Por tanto, jugar cinco partidos semanales (los más enganchados) la desgastará mucho más que echar un partidito ocasional a la semana. Del mismo modo, también afecta el cómo juguemos esos partidos. Un estilo más agresivo, más de pegada dura, provocará que tengamos que cambiar antes de pala.
Por último, será fundamental el cuidado de la raqueta de pádel que realicemos. Empaparla mucho bajo la lluvia, dejarla horas y horas bajo un sol intenso o no enfundarla no es, precisamente, cuidarla mucho.

Cuándo debería cambiar mi pala de pádel

Como la duración de la pala de pádel depende de tantísimos factores –los que hemos detallado en el apartado anterior y muchos otros más-, determinar específicamente cuándo debemos cambiarla es complicado. No existe una vida útil estándar que nos permite decidir a ciencia cierta. Aun así, y de manera orientativa, podríamos decir que una pala que esté siendo utilizada semanalmente y de manera amateur podría durar unos 4 o 5 años. Por el contrario, una pala usada dos o tres veces por semana y de manera profesional podría durar 6, 7 u 8 meses.
No obstante, repetimos, los factores de calidad del material o cuidado diario de la raqueta de pádel modificarían estos números. Y tampoco quiere decir que, llegado al final de su vida útil, la pala esté destrozada. Simplemente, comenzará a repeler la bola con menos y menos fuerza. Esto podría servirte como señal para identificar que, en efecto, ha llegado la hora de comprar una nueva pala. Y hay más señales como estas que vamos a explicarte ahora para que te olvides de números y fechas y atiendas al estado de tu pala. Eso es, al final, lo más importante.
En ese sentido, y además de un menor rebote, otra de las señales evidentes de que deberías comprarte una nueva pala de pádel son las vibraciones. Si sientes muchas en tu brazo o tus articulaciones sufren más de lo normal, es que el momento ha llegado. También nos sirven las señales estéticas. Como que nuestra raqueta de pádel esté agrietada o padezca una decoloración excesiva. En esos casos, no cabe la menor duda de que nos resultaría muy conveniente cambiar de pala. Da pereza tener que acostumbrarse a una nueva, pero también cierta ilusión.
Lo sabemos porque, como profesionales de la construcción de pistas de pádel, somos también amantes irremediables de este deporte. Y hemos tenido que cambiar de pala muchísimas veces.

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