Una dejada. Solo existe una cosa que pueda molestar más a un buen jugador de pádel que sufrir una dejada bien corta que le haga subir a la red para nada: jugar en una mala pista de pádel. Y mala no porque fuese mala cuando fue construida e instalada, no. Mala porque los responsables de mantener la pista en perfectas condiciones han obviado parcial o completamente los procedimientos de mantenimiento.
En algunos casos por indolencia. En otros por desconocimiento. No importa porque el resultado es el mismo: tu pista acaba de perder un usuario. O dos, tres, cuatro. Y, lo peor de todo, esa falta de mantenimiento de las pistas de pádel adelantará el momento en que sea necesario realizarles reparaciones. En otras palabras: reduce sus esperanzas de vida. Déjanos darte unos consejos para evitar todo este desastre.

Consejos para mantener pistas de pádel

Los consejos para mantener las pistas de pádel en un estado óptimo cambian en función del tipo de superficie. En el caso del césped artificial, por ejemplo, una de las claves está en un frecuente y adecuado cepillado. También el estado de la arena de sílice, responsable de que la superficie del césped no se aplaste ni desgaste a una mayor velocidad de lo normal. En este sentido, cambiar regularmente la arena y extenderla de manera homogénea será fundamental.
Por el contrario, las pistas de pádel de pavimento poroso requieren un mantenimiento mucho menos cuidadoso. Sus superficies están compuestas de una combinación armónica de grava, arena y piedras granulométricas. Esto supone un menor desprendimiento material y una menor deformación que la sufrida por el césped artificial. Por eso, y en líneas generales, bastará con cepillarla con frecuencia para mantenerla limpia. Eso y, periódicamente, pintar la superficie con pintura especial para incrementar su adherencia.
Exactamente los mismos procedimientos implicados en el buen mantenimiento de las pistas de pádel hechas de cemento. El cepillado ocasional y la capa de pintura especial serán más que suficientes. Después de todo, son dos superficies muy similares, aunque con algunas diferencias trascendentales para el juego. Como la velocidad del bote, mucho mayor en esta que en la superficie de pavimento poroso. También habrá que prestar atención en los días de lluvia. Las pistas de cemento son más propensas a acumular charcos.
Por último, encontramos las pistas con superficie a base de resinas sintéticas. Frente a las pistas con suelo hecho de pavimento poroso o de cemento, mantener estas pistas de pádel resulta bastante más complicado. O, mejor dicho: más exigente. No en vano, es necesario realizar un seguimiento continuo para impedir que la arena entre en la pista y erosione las resinas sintéticas. Para ello habrá que cepillar y cepillar continuamente. Al menos si se quiere alargar su vida útil lo máximo posible.

Cuidados de la pista de pádel

Al margen de las superficies, hay muchos otros elementos comunes a todos los tipos de pistas de pádel. Y todos ellos, lógicamente, requieren mantenimiento. Como la tortillería de los muros que rodean a la pista, claves en el pádel. Será necesaria revisarla anualmente, apretar en caso de que se haya producido un destense y retirar los anclajes deteriorados si existiesen. Lo mismo ocurre con las redes. Hay que revisarlas y sustituirlas en caso de que exista alguna deformación o rotura.
Pero no terminan ahí los cuidados necesarios para el mantenimiento de las pistas de pádel. Además de todo esto, deberemos limpiar periódicamente los cristales, analizar las lámparas por si fuese necesario realizar una sustitución y comprobar que no haya corrosión en las partes metálicas de las pistas. En caso de existir, habrá que lijar, darle una capa de imprimación y, por último, darle dos capas de pintura. Es una cuestión estética, pero también de seguridad.

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