Torneos internacionales televisados, grupos temáticos de Whatsapp y pistas municipales repletas. No hay duda alguna de que el pádel ha conquistado muchísimos corazones hasta convertirse en una de las opciones deportivas favoritas de muchísima gente. En primer lugar, porque es muy divertido. Tanto que es adictivo. Y en segundo lugar, porque es una de las disciplinas deportivas más sanas que existen. Como muchos otros deportes aeróbicos, el paddle garantiza una enorme quema de calorías. Es decir, que a menos que hagas la estatua, sirve para mantenerse en forma. Pero es que también mejora y mucho las condiciones musculares y psicomotrices.
Sin embargo, y a diferencia del fútbol o el baloncesto, tiene un menor riesgo de lesión. Esto lo hace perfecto para que lo practiquen todo tipo de personas. Esta es una de las razones de su enorme y expansivo alcance. Probablemente, y si sigues aquí, es porque tú también eres una de esas personas. Caíste en las maravillas del pádel. O del paddle. ¿Pero conoces cuál es su origen? Hagamos un viaje en el tiempo y el espacio. Hasta el México de 1962. Allí, en la ciudad de Acapulco, lo inventó el jugador de frontón Enrique Corcuera. Su infinita curiosidad le llevó a instalar otra pared frente a la pared clásica del frontón. Fue así cómo ideó la pista de pádel.
¿O era paddle? Porque conocemos su historia. Conocemos sus reglas. E incluso conocemos cómo clavar la bola en el lugar perfecto para que los rivales no puedan devolverla. ¿Pero cómo se escribe de verdad ese deporte que amamos tantísimo? Pádel o paddle. Paddle o pádel. La respuesta la encontramos en el diccionario de la lengua española que elabora la Real Academia Española de la Lengua. En él, y desde su vigesimotercera edición, aparece la palabra pádel para definir a este deporte. Es decir, que paddle sería un extranjerismo lingüístico y pádel la adaptación al castellano. Pádel es paddle en español. La forma correcta de referirnos a este juego. Pero sigamos profundizando.
Cuál es el significado de paddle
El diccionario de la lengua española de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) define el pádel como un “juego entre dos parejas, muy parecido al tenis, pero que se juega entre cuatro paredes y en el que la pelota se golpea con una pala de mango corto”. Esa es probablemente la manera en la que todos definiríamos el pádel si tuviésemos que explicárselo a alguien desde cero. Pero es en el concepto de “pala de mango corto” donde está la clave. Porque vista las semejanzas con el tenis, los pioneros del pádel decidieron apodarlo en base a esa diferencia respecto a su hermano mayor. En el pádel no había raqueta. Lo que había era una ‘paddle’. O dicho en castellano: una pala.
Porque esa es la traducción exacta del vocablo inglés ‘paddle’: pala o paleta. Según el diccionario inglés de Cambridge, el significado de paddle es “palo corto con una parte ancha y plana en uno de los extremos o en ambos extremos, utilizando para mover un bote o una canoa a través del agua”. De hecho, los angloparlantes no pronuncian “paddle” para referirse a este deporte. Se refieren a él con ‘padel’. Esto es así porque originalmente ya utilizaban este vocablo para otro deporte semejante con distintas reglas: el paddle tennis, de origen estadounidense. Un juego muy similar al tenis pero con palas, menores dimensiones y menor red.
En resumen, que en este preciso instante deberías cambiar el título de “Paddle-Jueves” de ese grupo de Whatsapp donde quedáis para jugar por “Pádel-Jueves”. Así lo dice la RAE y, en estas cuestiones, la RAE manda.
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